Lienzo de Quauhquechollan. Documento histórico-cartográfico del siglo XVI

UNESCO y el patrimonio documental

Lienzo de Quauhquechollan. Documento histórico-cartográfico del siglo XVI

Gobierno Constitucional del Estado de Puebla. H. Ayuntamiento de Puebla. H. Ayuntamiento de Huaquechula

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Antecedentes y conceptos

En plena Segunda Guerra Mundial, varios países europeos se reunieron para planear la forma de reconstruir sus sistemas educativos una vez que el conflicto hubiera terminado. Así, en noviembre de 1945 se llevó a cabo una Conferencia de la recién formada Organización de Naciones Unidas (ONU) con la presencia de representantes de 44 naciones, entre ellas México, con el objeto de crear un organismo que representara la cultura de la paz.

La Constitución de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) entró en vigor el 4 de noviembre de 1946. En 1972, en su seno, se estableció la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, pero hasta 1978 se inscribieron los primeros sitios de Patrimonio Mundial.

Más tarde, en 1992, la UNESCO estableció el Programa Memoria del Mundo, destinado a proteger y promover el patrimonio documental depositado en bibliotecas y archivos públicos y privados y todo tipo de instituciones y colecciones. Asumió la preservación y el acceso a dichos documentos como dos tareas relacionadas entre sí, ya que el acceso incide en la protección, mientras que la preservación asegura el acceso.

De acuerdo con las directrices generales del Programa, se entiende por documento un objeto con contenido informativo analógico o digital y el soporte en el que se consigne. Un documento puede preservarse y es, normalmente, un bien mueble. El contenido podrán ser signos o códigos (por ejemplo, texto), imágenes (fijas o en movimiento) y sonidos susceptibles de ser copiados o migrados. El soporte puede tener propiedades estéticas, culturales o técnicas de importancia. La relación entre el contenido y el soporte puede ser desde accesoria hasta esencial.

Por su parte, por patrimonio documental se entienden los documentos o grupos de documentos de valor significativo y duradero para una comunidad, una cultura, un país o para la humanidad en general, y cuyo deterioro o pérdida supondrían un empobrecimiento perjudicial. El carácter significativo de este patrimonio puede evidenciarse solamente con el paso del tiempo. El patrimonio documental del mundo tiene una importancia global y es responsabilidad de todos, y debería ser plenamente preservado y protegido para todos, teniendo debidamente en cuenta y reconociendo los hábitos y prácticas culturales. Debería ser accesible para todos y reutilizable de manera permanente y sin obstáculos. Es un medio para entender la historia social, política y colectiva, así como personal, y puede contribuir a constituir la base de la buena gobernanza y el desarrollo sostenible. Para cada Estado, su patrimonio documental refleja su memoria e identidad y contribuye así a determinar su lugar en la comunidad mundial.

Tipos de patrimonio documental


El concepto de patrimonio documental incluye, además de manuscritos impresos y otros documentos raros y valiosos que se encuentran en bibliotecas y archivos, aquellos que se encuentran contenidos en cualquier medio o soporte, en particular: documentos audiovisuales, reproducciones digitales y tradiciones orales, cuya importancia varía de región en región. El espectro de tipo de documentos que conforman el patrimonio documental es muy amplio. Como establecen sus directrices generales, el Programa Memoria del Mundo abarca el patrimonio documental a lo largo de toda la historia registrada, desde los rollos de papiro o las tablillas de arcilla hasta las películas, las grabaciones sonoras o los archivos numéricos. Nada queda fuera de él por ser demasiado antiguo o demasiado nuevo.

Instituciones


El Programa Memoria del Mundo ha adoptado la denominación de “instituciones encargadas de la memoria” para referirse al extenso conjunto de espacios y organizaciones que, en la práctica, se dedican a la custodia y la conservación del patrimonio documental. Las instituciones encargadas de la memoria pueden ser, entre otras, archivos, bibliotecas, museos y otras organizaciones educativas, culturales y de investigación.