Gracias al hecho de contar con una grabadora de carrete abierto portátil, Álvaro Gálvez se convirtió en el pionero del periodismo sonoro en México. Su labor registrando las voces de su tiempo, los paisajes sonoros de las ciudades y su invaluable trabajo que relaciona la cultura con los medios de comunicación, le dan un carácter único al acervo que formó durante veinticinco años. Los contenidos de este fondo son irremplazables. El trabajo de El Bachiller consistió en recabar los testimonios hablados de sus contemporáneos, por lo que frecuentemente documenta las vicisitudes que lo llevaron a conseguir alguna grabación extraordinaria. Su colección incluye visitas a espacios desaparecidos, entrevistas a escritores, músicos, políticos, científicos, pintores o empresarios, cada cual captado en su medio; y abarca voces que van desde Diego Rivera y Alfonso Reyes hasta Susan Sontag y Umberto Eco, pasando por testimonios únicos, como los 39 segundos de voz que rescata del poeta Xavier Villaurrutia.