Ciudad de México, 26 de febrero del 2024.- Durante años, una de las copias mecanográficas del borrador de “Cien años de soledad”, la novela cumbre del escritor Gabriel García Márquez, estuvo «semioculta» en la biblioteca del fallecido cronista mexicano Guillermo Tovar y de Teresa. Hoy, el documento de valor universal excepcional forma parte del Registro México Memoria del Mundo de la UNESCO.

La “reaparición” (en 2019) del documento del Nobel de Literatura 1982 fue noticia nacional e internacional, pues incluso el mismo «Gabo» alimentó la historia de que estaba perdido. Con su inscripción al Registro México Memoria del Mundo se garantiza no solamente su resguardo y preservación, sino también el acceso al mismo para toda persona interesada en conocerlo.  

El borrador mecanografiado y corregido del escritor colombiano (presentado por el Museo Soumaya y la Fundación Carlos Slim) es uno de los 18 documentos (colecciones y/o archivos sonoros, gráficos, cartográficos y documentales) que se inscribieron en el Registro a partir de la Convocatoria 2023. Actualmente, éste suma 107 registros, los cuales son fruto del trabajo de una amplia red de instituciones y profesionales dedicados a la preservación de la memoria, la identidad y el patrimonio colectivo.

El triunfo de la oralidad

El sonido, la oralidad, la voz humana como vehículo de transmisión de conocimiento, identidad e historia, fueron los grandes protagonistas en la Ceremonia de entrega de reconocimientos a los acervos propuestos por diversas instituciones al Registro México Memoria del Mundo de la UNESCO en el 2023.

El programa de radio “Transfiguraciones sonoras en la voz de Eduardo Lizalde (1993-2022)”, sometido por el Instituto Mexicano de la Radio (IMER); la serie radiofónica “En los andamios de la creación (1987-1989)”, presentada por Radio Educación; “Nuestras culturas viven: música, voces y sonoridades de México (1972-2021)”, serie propuesta por la Fonoteca Nacional de México y la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas, así como y el “Archivo John y Colette Lilly: un testimonio sonoro y fílmico de la cultura wixárika de Tuapurie (1969-1983)”, presentado por la Universidad Autónoma Metropolitana, en colaboración con la Fonoteca Nacional y la Cineteca Nacional, quedaron inscritos.

El “Archivo histórico de Mateo Emiliano Zapata Pérez: Memoria de un Zapata (1912-1971)”, sometido por Edgar Rafael Castro Zapata; el “Fondo Planoteca y Taller de Arquitectura”, propuesto y resguardado por la Fundación Sordo Madaleno A.C.; el “Archivo y Biblioteca Ateneo Español de México”, de la misma institución; el “Plano topográfico de la ciudad de Guanajuato por Lucio Marmolejo (1866)”, en resguardo de la Universidad de Guanajuato, así como una colección de “Billetes de lotería de México (ss XVIII-XXI)”, presentada por la Lotería Nacional de México, también ingresaron al registro.

Asimismo, quedaron inscritos el “Acervo histórico del Archivo Nacional de Arqueología-INAH, Fondo Dirección de Monumentos Prehispánicos (1915-1959)”, el “Archivo Ana Victoria Jiménez, del movimiento feminista en México (1970-1990)”, presentado la Universidad Iberoamericana, el “Expediente sobre la adjudicación de la hacienda de Ocotepec a Leona Vicario”, sometido por el Poder Judicial del Estado de México; el fondo Colegio de San Ildefonso (1524-1867)”, registrado por el Archivo Histórico de la UNAM (AHUNAM) y el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE-UNAM).

La serie documental «Hijuelas», conservada en el Archivo General e Histórico del Poder Ejecutivo de Michoacán (1828-1929); la “Colección Marqueses de Jaral del Berrio”, del Banco Nacional de México; el “Grupo documental Tierras, 1531-1900 (ss XVI-XX), que se origina de los archivos del Juzgado de Tierras y el Juzgado General de Indios”, del Archivo General de la Nación, así como “Obediencia e Instrucción otorgada a fray Martín de Valencia”,  del Fondo Franciscano de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (1523), fueron reconocidos.

Durante la ceremonia de entrega de reconocimientos celebrada ayer, domingo, en la capilla del Palacio de Minería, Catherine Bloch, presidenta del CMMM, destacó la labor de organización, difusión y creación de conocimiento que el Comité lleva a cabo desde hace 27 años, y reconoció el interés y el esfuerzo que las instituciones postulantes (bibliotecas, archivos, centros de documentación y archivos privados) destinan a la preservación del patrimonio documental mexicano. Sin embargo, subrayó la necesidad de redoblar esfuerzos para salvar la memoria colectiva.

“Tememos la destrucción de documentos que nos dan identidad y entendemos que si no los damos a conocer será más fácil que desaparezcan. Si no los vemos y analizamos no podemos saber por qué nos dan identidad y no los protegeremos de amenazas humanas o climáticas”, concluyó Catherine Bloch.